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pn620
Wydawnictwo: Pneuma
Nr katalogowy: PN 620
Nośnik: 1 CD
Data wydania: wrzesień 2010
EAN: 8428353062018
68,00zł
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Abdesadaq Cheqara Recital - Melodies of a life time

Pneuma - PN 620
Kompozytor
Wykonawcy
Abdesadaq Cheqara, violin
Abdesadaq Cheqara. Melodías de una vida

Abdesadaq Cheqara (1931-1998), ha sido maestro de la música Andalusí (Al-Ala) y virtuoso del violín. Nace en 1931, en la ciudad de Tetuán. Su madre, Assoudia Alharrak, descendía de una familia de poetas, sabios y músicos. Su padre, Abdessalam Cheqara, como laudista y cantante formaba parte de la orquesta de la ciudad junto a otros grandes músicos, dirigidos por el maestro Layashi Lwragli. En esa época, el director del conservatorio era Ben Alamin. Cinco anos antes, en 1926, el primer conservatorio de música abrió sus puertas en Tetuán. Más tarde en 1929 fue convertido en escuela privada ofreciendo becas a los ciudadanos.

Cheqara desde muy joven quedó seducido por los cantos religiosos de la cofradía.

"He sido completamente seducido por un personaje místico: Sidi Arafa Al Harrak, sheij de la Zawya Harrakya, que fue desde ese día mi amigo y maestro"

Ese padre espiritual providencial le ofreció su primer laúd y le introdujo precozmente en el mundo de los grandes músicos. Cheqara le recordaba así:

"Cuando salía del Msid (la escuela coránica), me dirigía hacia el local de mi padre, y cuando él se iba a la mezquita o al zoco aprovechaba para tocar los instrumentos de música y para consultar los manuscritos y las obras que trataban del arte musical. Después me dirigía a la casa del sheij Arafa Al Harrak, para terminar mi formación."

Desde los catorce anos, Cheqara formó parte de la orquesta del sheij Arafa con la que viajó mucho y conoció a Abdeslam Allouch, maestro del Malhun, que le enseno este género en el que el ritmo se antepone al texto de las canciones. En 1949 viajó a Fez y a Rabat donde fue recibido por Hadj Mustafa Guedira y durante los anos cincuenta actuó tanto con la orquesta de Fez como con la de Casablanca, conociendo a Mulay Ahmed Lukili en la ciudad de Salé. En el concurso organizado para la exposición internacional de Casablanca, Cheqara compartió su éxito como mejor violinista con sus amigos Mohamed Larbi Temsamani, mejor pianista, Chitri, mejor laudista y Mulay Ahmed Lukili, mejor director de orquesta.

El 15 de Febrero de 1940 un grupo de personalidades formado por Faquir Hadj Mohamed Dauud, el profesor Aben Abar, Hadj Mohamed ben Larbi Bennuna, Abdeslam Sordo, Ahmed ben Mohamed El Alaui y Abdeslam Al Harrak fueron al palacio del Califa Mulay Hassan ben Mahdi para solicitar un nuevo conservatorio de música Andalusí en Tetuán, que llevaría el nombre de "Conservatorio Hasani de la música marroquí". Más tarde en 1957, el Sultán Mohamed V inauguró en Tetuán el nuevo "Conservatorio Nacional de música y danza". En ese mismo ano Cheqara formó con sus amigos músicos "La Orquesta del Conservatorio de Tetuán". Desde entonces, esta orquesta estuvo viajando por Marruecos de festival en festival, y dio la vuelta al mundo como representante de la música Andalusí, cultura milenaria de un pueblo con sed de arte.

En el ano 1961 Cheqara comenzó su camino como compositor y, con su violín y su magnifica voz, participó en la grabación de ocho de las once Núbas de la música Andalusí realizadas con patrocinio de la UNESCO en colaboración con la "Asociación de Aficionados a la Música Andalusí" de Dris Benjellun Touimi. En 1968 Cheqara, con un cuarteto, colaboró con la agrupación Atrium Musicae de Madrid, dirigida por Gregorio Paniagua, en la grabación de la Antología de la Música Antigua Espanola de Hispavox-Erato, lo que le dio a conocer en el mundo de la música antigua de Occidente. En 1978 Cheqara fue nombrado Supervisor General del Conservatorio de Tetuán, siendo Temsamani su director. Este amistoso dúo formaría generaciones de músicos, conquistando la simpatía de los melómanos y difundiendo la Escuela de Tetuán entre los amantes de la música Andalusí.

Desde 1956, seducido por los cantos rurales de la región de Tetuán, Cheqara decidió innovarlos sin modificar su ritmo, gracias a lo cual los cantos de las mujeres de Mulay Abdeslam, de Jebel Habib y de Beni Arus se han conservado hasta nuestros días. En 1957, durante la ceremonia de apertura del Teatro Mohamed V de Rabat y en presencia de su majestad el rey, la primera canción popular de Cheqara "Al habiba jarrahtini” acompanada de bailarinas tetuaníes del conservatorio lideradas por Clara, fue aplaudida con entusiasmo por un público fascinado por el ritmo y la voz de Cheqara. En 1982, Cheqara conoce a José Heredia en Granada y desarrolla la idea de fusionar esta música popular de Tetuán con el cante flamenco. Fruto de esta encuentro es la canción "Bent bladi”, considerada la cima del trabajo de Cheqara en este género.

El repertorio de Cheqara ha sido muy variado, incluyendo la Taqtoqa Jablia y las Qasidas de familias argelinas refugiadas en Tetuán: Ben Drissin, Ben Abdeltefin y Ben Chettab, que él renovó e innovó. La célebre "Anamalifiach" desde entonces ha sido un éxito en todas las fiestas.

Con Abdesadaq Cheqara es fácil quedar embelesado. Mohamed El Yamlahi Wazzani decía: “El arco de su violín te acuna sobre las cuerdas, la voz te hechiza, las palabras te van directamente al corazón, y el todo, en una armonía casi divina, te alza por los aires como esa paloma blanca en la cima de las montanas, y te rodea y cerca de paz, de quietud y bienestar”.

Cheqara a los sesenta y un anos fue condecorado por el entonces Príncipe Heredero Sidi Mohamed, con el Wisam (galardón) de Caballero del Trono Alaui, ofrecido por el Rey Hasan II en julio de 1992 a los Maestros de la música Andalusí que participaron en la “Grabación integral de la música Al-Ala".

Tras una larga enfermedad, Abdesadaq Cheqara murió el 31 de octubre de 1998 a la edad de 67 anos. Con Temsamani, Lukili, Rais, Brihi, Larbi Syar, Elmtiri, Ahmed Wazzani y otros más, ha pasado a formar parte de la gran familia de la música Andalusí que con estos maestros tuvo su Edad de Oro. Cheqara quedará para siempre como el artista que ha sabido conciliar tradición y modernidad, música de fe y fe de la música, marcando en su época la música de su ciudad.

Eduardo Paniagua. Tomado en parte del texto de Mohamed El Yamlahi Wazzani

Selección de Canciones

1 Saqání man hawít jamra. Quien amo me sirvió vino. Al-ála, Btáyhí raml l-máya.

Esta obra pertenece al repertorio de la música andalusí (Al-Ala) de Marruecos. Se trata del animoso movimiento final insiráf btáyhí (allegro-vivace-presto) de la tercera fase de la núba Raml l-Maya. En el Cancionero de al-Hayk escrito hacia el ano 1800, esta núba estaba escrita sobre la nota RE y con poemas de carácter profano. Un siglo después Abderrahman al-Fassi cambió los poemas amorosos por panegíricos de alabanza al profeta Muhammad. Actualmente en todo Marruecos se canta esta núba, de ambiente mediterráneo y profunda expresividad, en múltiples ocasiones, tanto en fiestas de boda y de circuncisión, como en fiestas religiosas, tales como el peregrinaje, el ramadán y la natividad del Profeta. El vino del primer poema, hace referencia a una bebida celeste, recompensa de Dios a los fieles en el paraíso.

2 Bent bládí. La nina del pueblo. Canción popular.

Esta canción, famosa en todo Marruecos e incluso en algún país vecino como Argelia, corona el maridaje que se ha hecho entre la música andalusí de las dos orillas del mar Mediterráneo. A menudo se ha interpretado intercalada con la “La tarara”, popular canción hispana, desde que así lo hiciera Cheqara junto al cantante flamenco Pepe Heredia. Hoy la siguen cantando todos los grupos que intentan hacer fusión entre lo andalusí y el flamenco. Su texto describe la belleza de la mujer con un estilo muy coloquial propio del norte de Marruecos y su ritmo incita al baile.

3 Yá ‘ayaban ‘lásh má tlúmní. Que extrano que no me reproches. Malhún.

El genero Malhún, característico de los artesanos de las grandes capitales de Marruecos como Meknes, Fez y Marrakech, es un derivado de la música andalusí-magrebí, pero con la singularidad de una rítmica propia y, sobre todo, con un género poético de invención marroquí. Las canciones en lengua dialectal (brwal, qsid), tratan en unos casos sobre temas de amor, y en otros describen el proceso para realizar una obra manual de artesanía, conteniendo agudas críticas sociales. También existen temas religiosos, conteniendo el Malhún actuales composiciones que se basan en la tradición, pero abiertas a la comteporaneidad. En la región noroeste de Marruecos: Tánger, Tetuán y Chefchauen, este género no ha tenido muchos seguidores, pero algunos temerarios supieron dar a este tipo de canción un sabor y un color musicalmente más atractivo, gracias al aporte de las familias argelinas que vinieron a refugiarse a Tánger, Tetuán, Rabat y Salé, cuando Francia invadió a su país en 1830. Este poema Yá ‘ayaban ‘lásh má tlúmní tiene como característica el juego de integrar letras en los versos, que cuando se juntan forman las sílabas ba y ha, resultando la palabra hubb, que significa amor. Este juego demuestra el alto nivel literario de la música popular. El ritmo denominado zendani es también típico de nuestra región. Es un ritmo cojo, impar en 5/4, no fácil de controlar para el canto, pero que curiosamente nuestras madres y abuelas lo llevan “en la sangre” y no encuentran ninguna dificultad en moverse dentro de su esquema. Es de lamentar la pérdida de esta tradición a causa de los movimientos degenerativos de la música fácil que nos está rodeando impuesta por una aburrida y mediocre globalización.

Los cortes 4, 6, 7 y 9 pertenecen a la núba Hijaz Kabir, que significa literalmente el gran oriente. Basada en la nota Re, contiene en su escala una segunda aumentada (MI bemol-FA sostenido), lo que le da un sabor muy oriental que encontramos también en alguna de las escalas del cante flamenco.

En los cortes 4, y 6, dos versiones de Lá tahsibú na’yakum ‘anná yuygayyiruná (No pienses que la lejanía me va a afectar), Muwwál, modo hijáz al-kabír, se escucha la influencia del los instrumentos occidentales con el sonido dominante y temperado del piano. Cheqara era muy famoso como experto de la canción popular con influencias andalusíes, traídas de su propia mano. En la música Al-Ala era el segundo músico más famoso dentro de la orquesta de su maestro Mohamed Ben Larbi Temsamani. En esta pieza (corte 6) no toca el piano Temsamani sino ’Awfira, una mujer que pertenecía a la orquesta del maestro Lukili de Rabat. En esta grabación Cheqara intenta demostrar que puede acercarse al maestro Temsamani, reconocido como el mayor virtuoso al piano. También Cheqara en la voz solista, aparte de demostrar su capacidad vocal, imita a Mulay Ahmed Lukili, que fue quien fijó esta forma de cantar a solo dentro del repertorio Al-Ala, en lugar del habitual canto coral.

La canción popular râsî l-grîb (Me siento extrano), al final de la pieza número 4, forma parte de un repertorio conocido bajo la denominación, alála yllálí. Se trata de un cancionero común para hombres y mujeres que puede ser acompanado de la danza. El nombre de este género está tomado de la repetición de sílabas con las que empieza cada canción, similar a los tarareos de las núbas que podemos también encontrar en algunos palos del flamenco.

El corte 9 Min suhayba barat yismí / gazálun samá bi-l-bahá. (Por tu colorcillo / Una gacela), contiene el quddam Insiráf hiyáz al-kabír, que se trata de la última parte del quinto movimiento de esta núba en su fase más rápida.

5 Shem’a. La vela. Malhún.

La canción Shem’a del genero Malhún, se hizo muy famosa con el grupo Jiljilala, que al igual que los famosos Nas l-Giwan, vitalizó la tradición con el espíritu y la influencia del movimiento pop de los anos setenta. Tanto el texto como la melodía, interpretados en esta grabación por el genial maestro Cheqara, son típicos de nuestra zona del norte y diferentes del resto de Marruecos. Esta pieza, trasportada a la nota LA, da al modo raml l-maya dziriyya’, (modo raml l-maya argelino) un color y una ambiente diferentes del original sobre la nota RE.

8 L-hbíba w yrrahtíní. Mi amada, me has herido. Canción popular.

Según cuenta el propio Cheqara esta canción es la primera que le abrió el camino al canto popular. En realidad, uno de los investigadores, compositores y músicos más destacados de Tetuán, Mhemmed Bennouna convenció a Cheqara para estudiar en las montanas de noroeste el repertorio de los jbala, habitantes de las montanas con sangre andalusí en sus venas. Desde aquel entonces con su trabajo y esfuerzo logró salvar parte de esta música. Pero con su bagaje de la música religiosa de la zawya y la música de al-Ala, logró crear una forma urbana de interpretar esta música campesina.

Esta canción fue todo un éxito y le dio a conocer en todo Marruecos como el máximo representante de este género musical.

10 Al-amána inna fuádí. Samá’, al-hamziyya al-harráqiyya. Me guardas un secreto. Inshád, modo al-‘ushsháq.

Poca gente fuera de Tetuán y Tánger conoce a Cheqara como maestro de la sama’, la ceremonia religiosa. Sin embargo, fue gracias a su maestro de la sama’, el sheij de la Zawya Harraqiyya de Tetuán sidi l-Gali al Harraq, el que se iniciara en su carrera musical. Es conocida la relación entre el canto, la danza y el movimiento sufí. Rumi dice “Hay varios caminos para llegar a Dios, yo elegí el de la música y la danza”. De esta relación nace una cierta sacralización de la música que ha permitido la presencia de los instrumentos musicales en las sedes de las cofradías, cosa que no ocurre en las mezquitas. Hasta su muerte Cheqara fue quien dirigía todos los viernes la sesión de sama’ dentro de la Zawya Harraqiyya de Tetuán, donde está enterrado junto a la tumba de su otro maestro, Temsamani.

La Hamziyya es uno de los panegíricos más famosos en todo el mundo árabe. Fue compuesta por Al-Busayri, autor también de la Burda, otro panegírico tan famoso como la Hamziyya.

La composición musical ha sido creada por la familia de al-Harraq. Esta grabación se remonta a 1972, y fue tomada en la zawya por el director en aquella época de la radio nacional de Marruecos, Abdellatif Ahmed Khalis, que era discípulo de la rama de la zawya Harraqiyya de Rabat. Esta música es propia de esta zawya y no se interpreta así en el resto de Marruecos.

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